Plenitud y Diversidad

26.03.2023

Veamos los posteriores desarrollos del paradigma de la Cadena de los seres.

Todos los seres están dotados de cualidades específicas para la supervivencia. Por tanto, no se pueden considerar como males las cualidades de seres inferiores en la escala. Cada especie debe mantenerse en el grado que le ha sido asignado por la naturaleza. El hombre es débil cuando intenta elevarse por encima de la humanidad. Esta concepción pudo haber sido utilizada como instrumento de control contra los movimientos de descontento sociales. La desigualdad no es un desorden sino algo necesario para que la diversidad alcance su plenitud. Se admite el mal como ausencia del bien en las diferentes especies.

Continuidad y gradación se convierten en leyes universales de la naturaleza. Como toda  especie debe ser creada con ligeras variaciones entre la especie superior y la inferior, ahora prima el buscar los eslabones perdidos y las cadenas completas entre especies. Desgraciadamente no se encontraron ni uno ni otro. Entre la criatura más elevada y Dios solo cabe el infinito, y así mismo, entre lo inferior, lo material y la nada, tenemos otro infinito. Así mismo, entre una especie y la siguiente la división numérica de cualidades sucedía lo mismo. La cadena de los seres se volvió una estructura absurda e ineficaz, llena de cadenas incompletas y rotas. Poco a poco se van abriendo las puertas al evolucionismo de las especies que culminará con ´´´´´Darwin.

Estas deficiencias en el paradigma de la cadena de los seres intenta paliarse con la noción de temporalidad. Las especies aparecen y desaparecen con el tiempo, y, puesto que la creación es eterna y Dios tiene todo el tiempo para crear, "la fuerza que es el atibuto más esencial y universal del ser se despliega a través de la materia que es el organo mediante el cual esta fuerza manifiesta sus operaciones... Me imagino la fuerza como una tendencia a cambiar a mejor." (Robinet: Gradación natural de las formas del ser. 1786). 

El papel del ser humano en la creación es colaborar y potenciar la diversidad que el Autor muestra a través del tiempo. "Así como una ciudad vista desde distintos lados aparece completamente distinta desde diferentes perspectivas y se consigue la mayor variedad posible, este es el medio gracias al cual se consigue la mayor perfección posible. (Kant: Monadología). Ahora el mejor de los mundos posibles es el más variado. La fuerza imperante será la tendencia a la diversificación en esta creación eterna. Surgen artistas por doquier ensalzando la imaginación, lo particular, la inspiración, lo originalidad, y se cae en lo grotesco. Se busca la excentricidad, lo llamativo, se idealiza la diversidad, que trasciende a todos los ámbitos sociales, políticos y artísticos. El egotismo y la vanidad colectiva lleva en lo social al nacionalismo y al racismo, preludio de las dos guerras mundiales del s. XX. Decía Novalis: "Cuanto más personal, peculiar y local es un poema, más cerca de la poesía... Se tú mismo, lo que quiere decir ¡se único! (Escritos. 1837). En cambio, William James buscaba un sano equilibrio entre las reglas del arte y la espontaneidad. Rechazaba la intolerancia, el convencionalismo y la pedantería frutos de la superficialidad de la inmersión en la diferencia. No es posible comunicarnos a través de las diferencias, sino de lo que tenemos en común. Desde la identidad interna con uno mismo podremos entender la diversidad ajena.

Tanto el pensamiento romántico como el existencialista valoran en exceso la imaginación por encima de la norma y la existencia en el tiempo frente a la vida como soporte del pensamiento. La vida es anterior y superior al pensamiento, a lo temporal. La vida es la manifestación de una realidad superior al hombre mientras que el pensamiento es un esquema de la realidad. Los animales son seres vivos y no piensan. Por ello, "buscar una idea por la que vivir y morir", como decía Kierkegaard,  no tiene sentido desde este punto de vista. Deberíamos cambiar la forma de razonar si se pretende dar un sentido racional a la existencia como pretende el existencialismo.  En vez de buscar una idea que dé sentido a la existencia, sería mejor buscar una experiencia o vivencia que permitiera entender racionalmente el sentido de la vida. 

A modo de reflexión: la filosofía no puede sobrepasar los propios límites de la razón. Entre razón y realidad mora el abismo. El ser es inalcanzable. Y sólo a través de la poesía, la quietud y el ritmo se puede vislumbrar la huella de lo divino. 

La teoría evolucionista ha trastocado el orden descendente de las emanaciones divinas: del Autor emanaban ciertos principios como la Inteligencia, el Bien, y la diversidad. A medida que descendemos por la escala nos vamos alejando del Hacedor y aumenta el desorden o entropía y el mal. La imperfecto surge de lo perfecto como un mal necesario. Pero los hechos parecen indicar lo contrario: la materia es el soporte de la vida cuya complejidad va en aumento a medida que ascendemos en grado de perfección. Lo inferior, lo imperfecto material genera estructuras vitales más perfectas que la materia de donde procede. Los organismos son más grandes y mejores que los elementos que los constituyen. El todo es mayor que las partes. La creación o emanación no se desarrolla de arriba abajo sino al al revés, de la materia a lo divino. Esto trae una quiebra de los valores lógicos y del sistema deductivo tradicional que lo hace inaplicable a las ciencias de la naturaleza.